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Sábado
30 septiembre - domingo 1 octubre.
39 km recorridos |
 Kootenay
Bay / Nelson
Tiempo empleado 2h 15 min
Velocidad máx 47 / Velocidad media16.3
Altitud acumulada 350 / Altitud final 560
Pendiente máx 9% / Pendiente media 3% |
Son
las 5 AM, se oyen ruidos fuera, algún bicho esta olisqueando
por la tienda y empieza a rasgar las bolsas que no hemos colgado.
Se oyen gruñidos y ruidos de latas. Nos despertamos "Qué
es eso?" No parece algo grande por el ruido que hace, pero
no se ve nada, así que asusta bastante. Raúl asoma
la cabeza fuera de su tienda...
- No es un oso, es algo mas pequeño pero esta desparramándolo
todo.
Diego saca también la cabeza:
- Pues no se va a comer mi desayuno! (Dice agarrando unas piedras
y lanzándolas a la oscuridad)
- Es una mofeta! La madre que la parió.
Ha reventado la bolsa de basura. Las mofetas tienen el tamaño
de un perro pequeño, no atacan, pero si se sienten amenazadas:
levantan la cola y te pueden rociar de perfume con un chorro
de varios metros. Por lo visto el olor es tan fuerte que tarda
en irse de la ropa una o dos semanas... así que nadie
quiere salir de la tienda. Unas pedradas más y al final
se marcha sin dejarnos su perfume, aunque volverá un
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Naninho
pedalea
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Los cuatro
en el ferry
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| más
veces durante la noche a merodear. Al amanecer vemos que tan
sólo rompió la bolsa de basura. Hay que cruzar
el Lago Kootenay, tiene 150 km de largo y hasta
200 metros de profundidad. Existe un ferry gratuito que te lleva
hasta la otra orilla. Desde allí nos ponemos en marcha
hasta Nelson que está a unos 35 km.
En los últimos 10 nos picamos para ver quien llega primero
al pueblo y empezamos a pedalear como locos. Gana Nano con diferencia,
les siguen Diego y Raúl casi a la vez, y yo, para variar,
el último. Esta vez no es porque sea un paquete, Raúl
ha perdido la mitad de su equipaje en la carrera y no se ha
dado cuenta, así que yo que iba detrás he tenido
que parar a recogerlo. |
Diego
sale del ferry
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| Nelson
es diferente. Nada más entrar, los edificios, las tiendas,
y la gente que camina por las calles nos hacen ver que estamos
en un lugar especial. Un ciclista se nos acerca con sus alforjas.
Viene de Vancouver y se dirige a México, dice que llegó
a Nelson para comprar comida y ya lleva una semana "esta
ciudad me tiene atrapado", chapurrea en español
(es canadiense, pero como tanta gente aquí, conoce nuestro
idioma). Nos lleva a comer a una cantina mexicana, donde la
dueña , Justina, nos cuenta que Nelson es un sitio especial
porque durante los anos 70
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