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Viernes
29 de septiembre. (sigue) |
Raul,
el profesional
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Raul
disparal
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Miguel
dispara
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Naninho
asesorado por Andy
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Diana
final. Ra gana a todos
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Empieza
el verdadero ascenso. El sol pega fuerte de verdad y las pendientes
son fortísimas, de hasta el 15%. Nadie viaja por aquí,
tan solo un todoterreno de cazadores se nos cruza en el camino.
En menos de dos horas subimos 720 metros hasta los casi 2100
metros de altura que tienen el puerto. |
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La caravana
de Andy y su séquito de nuevos cazadores
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La
más dura etapa del viaje hasta ahora. Llegamos exhaustos
a la cima, estiramos, comemos algo rápido y empezamos
el descenso. 16 km de bajada casi en picado, donde las alforjas
saltan y los bultos se caen con los baches. A mitad del descenso,
Raúl frena en seco; ha visto un oso negro a tan solo
unos metros de donde ha frenado. El oso, en cuanto le vio bajar
tan rápido, echo a correr entre la maleza. Le seguimos
las huellas unos metros para ver si lo vemos todos y podemos
filmarlo, pero como se ha metido en la espesura, no hay quien
lo encuentre. El bosque ha cambiado. Esta ladera, más
lluviosa es una de las zonas boscosas con más biodiversidad
de Canadá (thujas, saúcos, avellanos, abedules,
alerces, abetos y brezos). La pista desemboca en el inmenso
lago Kootenay, el cual bordeamos durante 12 km mas por una carretera
asfaltada que nos lleva a un camping al borde del lago, donde
pasamos la noche. Nos metemos una pedazo de cena por el trabajo
bien hecho y nos vamos a la cama cansados pero satisfechos por
haber superado el paso de montaña. Estamos perezosos
y decidimos que hoy no hace falta colgar la comida en los árboles.
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Paisaje
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