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Miércoles
6 de septiembre (sigue
de página anterior) |
Vamos rápidos, pero el camino es tan escabroso y largo
(unos diez kilómetros) que se nos caen las alforjas,
la ropa y las mochilas. |
Camino
difícil y escabroso
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No
se nos resiste nada,
estamos curtidos en múltiples aventuras
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Ya
casi al final, al borde de la pista, nos topamos con un enorme
ejemplar de ciervo protegiendo a una hembra que ramonea relajada,
nos paramos y le bombardeamos a fotos, nos mira fijamente, se
para y berrea con un sonido potentísimo que nos deja
helados, se pone nervioso, hace |
Naninho
arriesga por una buena foto
No es necesaria la facultad de Periodismo
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Espectaculare
paisajes
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una
señal a la hembra y ambos cruzan por delante nuestro
para perderse en la espesura. Atravesamos un campo de golf en
medio de un bosque de abetos. Qué cojones hace esto aquí!!
Está lleno de ricos turistas. Una vez que lo atravesamos
se nos aparece una cascada de aguas azulonas donde cientos de
orientales aprietan como locos los botones de sus cámaras...
ya estamos en Banff!!! La que va a ser nuestra
ciudad de descanso durante los próximos diez días.
Lo primero es hablar con la dueña de una chocolatería
muy conocida en las rocosas. Está muy necesitada de personal
(otra vez por culpa del dichoso petróleo) y ya sabe de
nosotros porque contactamos con ella desde Thunder Bay. Pero
al llegar nos encontramos con la tienda cerrada, así
que buscamos un hostal, nos damos una buena ducha y nos damos
una cena de homenaje por haber completado la primera etapa de
la aventura. El cuerpo sabe de sobra que ha llegado la hora
de parar, y todos se nos viene de golpe el cansancio acumulado
a lo largo de estos dos meses. Caemos redondos. Sigue
>> |
Vista
de Banff desde las alturas
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