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Jueves
20 de julio. 74.56 Km. recorridos |
Tiempo
empleado 5 h45
Velocidad máx 54 / Velocidad media 13.3
Altitud acumulada 524
Pendiente máxima 18% |
Tras
dormir en Little Basswood Lake, cerca de Sowerby, nos levantamos
reventados del día anterior, listos para seguir con lo
nuestro; dar pedales. Continuamos por una backroad hasta dar
con un pinar reforestado. Tras perdernos una vez, nos enderezamos,
y de nuevo nos metimos en otro infierno. todo el camino estaba
con un poco de arena, o con mucha arena, así que para
no quedarnos clavados teníamos que ir todo el tiempo
a un ritmo rápido, lo cual machaca que da gusto. El calor
sigue estando presente, y los tábanos nos han animado
durante todo el camino a no bajar la marcha. Los muy cabr...
aprovechan a picar en las cuestas, que es cuando vas más
despacio y estás más concentrado. |
De
nuevo un camino infernal con grandes subidas |
Cuando
parecía que ya había menos arena en el camino,
Raul decidió coger unos planos desde su bicicleta. |
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Cuando estaba
grabando cómo adelantaba a Diego y Naninho, cogió
un tramo de arena, como sólo tenia una mano libre no
pudo controlar la bici y fue al suelo. Afortunadamente todo
quedó en un susto y no ha habido que lamentar daños materiales
ni personales, salvo un pequeño rasguño en la
pierna.
Cuando salimos de este infierno cogimos una carretera
con la esperanza de encontrar un buen sitio donde comer, pero
como no aparecía y ya eran las 14:30 al final tuvimos
que parar en la cuneta, bajo una triste sombra y hacer allí
un plato de pasta. No sabéis lo doloroso que es cuando
tienes hambre ver como tu compañero derrama toda la comida
por el suelo y la aliña con tierra y hierbas... evidentemente,
con el hambre que teníamos no quedo otra que lavarla
como se pudo y engullirla.
Después de sestear como de costumbre, los
últimos km. hubieran sido mas bonitos de no ser por el
fuerte viento que soplaba, como siempre, de frente a nosotros.
A pesar de todo, llegamos a tiempo a Echo Bay donde compramos
cena y tuvimos la suerte de encontrar un sitio rápido
y perfecto a orillas de un lago, con unas sillas que tenia un
vecino por ahí olvidadas, una tabla que nos protegió
del viento para cocinar y todo antes de que los mosquitos salieran.
Para rematar, una vecina que pasaba por allí nos ha ofrecido
su canoa para que mañana nos demos un paseo. Así
da gusto, en lugar de echarte del lugar, te dejan su canoa,
viva Canadá!!!!! |
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