A
las 19:00 nos despedimos y nos dividimos de nuevo en dos grupos,
cada uno en una gasolinera. Después de una hora preguntando
me rindo y me voy a echar unas fotos a la puesta de sol. A
los cinco minutos cuando aparece Diego saltando entre los
arbustos:
- Miguel,
deja de hacer el capullo y recoge que nos vamos!
- Donde?
- A Swift Current ( a unos 180 km al oeste)
- Cómo lo has conseguido.
- Una chica que va en una furgoneta, me ha pedido el pasaporte
y todo. Me ha preguntado si vamos a ser buenos! Ayudame aconvencerla!
Y la
convencemos. No sé como porque con dos bicis, cuatro
mochilas y un tio tan grande como Diego el coche parece que
va a reventar. Al final del día completamos 700 km.
La conductora, Lola, es una abogada del estado encantadora
que al final nos invita a dormir a su casa, donde nos tomamos
unas birras con ella y con el marido, que está flipando
con el regalo que trae su mujer. Así que en resumen,
estamos en una cama de lujo, con sábanas que huelen
a suavizante, un par de cervezas, recién duchados y
comiendo galletas de chocolate. Mejor imposible!
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